Por: MBA Javier Agustín Navarro
La digitalización del sector energético en México no es solo una tendencia, es una necesidad imperante. Con la integración de la inteligencia artificial (IA), estamos presenciando una transformación que promete no solo eficiencia y ahorro, sino también sostenibilidad en la generación y distribución de energía. Este cambio, aunque desafiante, nos empuja hacia un futuro donde el aprovechamiento de los recursos energéticos será más inteligente y equitativo.

La IA ha demostrado ser un motor de cambio en la optimización de procesos. Desde la predicción de fallos en infraestructuras críticas hasta la automatización de tareas complejas, las tecnologías avanzadas están revolucionando el panorama energético. Empresas como Hitachi Energy lideran esta revolución al reducir costos operativos y minimizar riesgos mediante el uso estratégico de la IA. Pero no se trata únicamente de eficiencia; se trata de garantizar que nuestras redes eléctricas sean resilientes y se adapten en tiempo real a las demandas de un mundo en constante cambio.

Además, la IA juega un papel crucial en la integración de fuentes de energía renovable, una tarea que no es sencilla dado su carácter intermitente. Este avance es vital en un país como México, donde el potencial para aprovechar energías limpias como la solar y la eólica es inmenso. Por otro lado, los desarrollos en almacenamiento energético, como los nuevos electrolitos para baterías de litio descubiertos con la ayuda de la IA, están acelerando la adopción de tecnologías como los vehículos eléctricos, haciendo tangible un futuro energético más limpio.
Sin embargo, no todo es progreso sin obstáculos. México enfrenta desafíos significativos para aprovechar plenamente estas tecnologías. La falta de infraestructura adecuada, los riesgos de ciberseguridad y la ausencia de un marco regulatorio sólido son barreras que deben superarse. La calidad de los datos disponibles también sigue siendo un punto crítico. Sin una estrategia clara para resolver estos problemas, los beneficios de la IA podrían quedar fuera de alcance.

En este contexto, proyectos como Aguascalientes Entidad Inteligente (AGS:EI) y empresas como Smartsus están marcando un camino que otros estados deberían seguir. AGS:EI, lanzado en 2022, busca convertir a Aguascalientes en un modelo de entidad inteligente mediante el uso de tecnologías como el IoT y blockchain, fomentando la participación de ciudadanos y empresas en la construcción de un ecosistema innovador. Por su parte, Smartsus se dedica a crear soluciones integrales para la sostenibilidad, demostrando que la tecnología y el medio ambiente pueden coexistir armónicamente en la creación de ciudades inteligentes.
Estas iniciativas son más que proyectos aislados; son ejemplos concretos de cómo la digitalización puede transformar la realidad energética del país. Pero más importante aún, son una invitación a repensar cómo México puede liderar la transición energética en América Latina. La pregunta no es si estamos listos para adoptar estas tecnologías, sino si estamos dispuestos a enfrentar los retos que conlleva su implementación para asegurar un futuro más sostenible y competitivo.